Un alimento light es aquel que presenta un porcentaje de energía -la energía se mide en calorías y en julios- inferior a su alimento de referencia, es decir, al mismo alimento pero en su versión natural.
Para poder hablar con propiedad de un alimento light es necesario que éste parta de un alimento que ya se encuentre en el mercado (puede ser natural o manufacturado), pues sólo así podrá etiquetarse como tal.
Imagen alimentación-sana.com.ar
El menor índice de calorías se consigue al reducir o sustituir alguno de los componentes del alimento de referencia. Esto se hace bien al disminuir su cantidad de hidratos de carbono (azúcares) y sustituirlos por edulcorantes, o al reducir el aporte de grasas o emplear sustitutivos de grasas.
CONSUMER.es EROSKI analiza 52 alimentos tipo light: mayonesas, cereales para desayuno, mermelada, nata líquida, pan tostado, batidos...
Un tercio de los alimentos tipo light no son en realidad light
Todos los alimentos tipo light estudiados lucen un etiquetado deficiente, algunos ofrecen una ración menor de la habitual para presumir de una reducción de calorías, y otros incorporan mensajes que confunden al consumidor.
Según concluye el estudio, no son light ninguno de los alimentos estudiados de cereales 'tipo línea' para desayuno (Kellog's Special K y Nestle Fitness), chocolates (Santiveri Fondant, Pagesa Fondant), patatas fritas (Celigüeta light y Matutano light), galletas (Gullón ligeras y Lú Vitalínea), leche condensada (Nestle), nata líquida (Central Lechera Asturiana Cocina ligera), pan tostado (Recondo sin sal y sin azúcar, y Recondo sin grasa y sin sal) y pan de leche (Martínez integral "-grasa").
Asimismo, tampoco son light uno de los batidos de leche (Central Lechera Asturiana "vainilla bajo en grasa") incluidos en el informe y una de las mermeladas (Vieja Fábrica "fresa diet"). En cuanto al etiquetado, sólo 1 de los 52 alimentos tipo light estudiados incluye (a pesar de que deberían hacerlo) información nutricional sobre su equivalente no light, por lo que todos ellos suspenden este apartado salvo las Palmeritas Martínez integrales "+fibra, -grasa".
La principal conclusión es que los alimentos light no reducen su aporte calórico tan significativamente como cabría esperar y que lo más habitual (en el 76% de los casos, concretamente) es que sean más caros que sus referentes convencionales.
Se da la paradoja de que los productos que presumen de light sin serlo son también los que aumentan más de precio respecto a los no light: es el caso de los cereales 'tipo línea' (un 38% más caros), el chocolate (un 50%), las galletas (hasta un 63%), el pan tostado (un 50%) y el pan de leche (un 25%).
El hecho de que un alimento sea light no significa que no sea muy calórico, por lo que el consumidor también debe controlar su consumo. Es el caso de la leche condensada, la nata o las galletas (entre un 15% y un 20% menos de calorías que sus equivalentes convencionales, pero aun así muy energéticos) o el chocolate, que es incluso más calórico (alrededor de un 2%) que su correspondiente 'no light'.
Es posible que un consumidor poco iniciado en cuestiones de nutrición, a la hora de incorporar a una determinada receta una cantidad de producto, por ejemplo nata o mantequilla, si este es light, añada el doble de lo habitual porque considera que los alimentos light apenas aportan calorías con relación a los "normales".
Otro tanto puede decirse de productos que se consumen sin preparación, como galletas, mahonesas, mermeladas, etc. Y se trata de un grave error dietético, porque la reducción en el aporte calórico casi nunca es tan importante. De ahí la necesidad de que los fabricantes comuniquen esta información, para que los consumidores se hagan cargo de que los alimentos light o tipo light deben consumirse también con moderación.
Edulcorantes light.
Los edulcorantes, por definición, son aditivos alimentarios que confieren su sabor dulce a los alimentos a los que se añade. Se trata de una alternativa al consumo de azúcar común (sacarosa) o de otras sustancias energéticas como la fructosa (azúcar de la fruta y la miel).
Los edulcorantes constituyen una alternativa al consumo de azúcar y permiten seguir disfrutando a muchas personas del sabor dulce, con la ventaja de que no aportan energía (o muy poca), no producen caries y no influyen en la glucemia o niveles de azúcar en sangre.
Los alimentos que emplean estos edulcorantes en lugar del azúcar, la miel o la fructosa son adecuados para personas que tienen sobrepeso u obesidad, diabetes e hipertrigliceridemia, ya que estas enfermedades obligan a limitar y controlar la ingesta de azúcares.
Sustitutos de Grasas
Las sustancias que se emplean como sustitutivos de grasas se pueden clasificar en dos grandes grupos, los miméticos y los sustitutos. Tanto unos como otros se utilizan para elaborar alimentos lácteos, salsas, lácteos helados, confituras, quesos, mayonesas, mantequillas y yogures. Los sustitutivos miméticos simulan la textura de la grasa, pero no la sustituyen totalmente, ya que no son aptos para frituras por su sensibilidad al calor y su elevado contenido en agua.
Por lo general, son compuestos químicos obtenidos a partir de hidratos de carbono o de proteínas. Los llamados simplemente sustitutos son muy similares a las grasas desde un punto de vista físico y químico. Aportan a los alimentos el sabor y la untuosidad propia de la grasa. Se utilizan en la elaboración de chocolate, confituras y alimentos horneados, y presentan la ventaja de que pueden freírse y cocinarse a altas temperaturas.
Entre los alimentos light de este tipo que encontramos en el mercado destacan la leche y derivados lácteos (yogur, queso, batidos lácteos), cacao en polvo, galletas, cereales de desayuno, pan de molde y tostado, mermelada, mantequilla, margarina, nata.
Mensajes como 'diet' o 'sin azúcar añadido' pueden ser interpretados como "menos calórico", lo que no siempre es verdad: algunos de estos productos son muy útiles y cumplen su función para personas diabéticas o con el nivel de triglicéridos elevado que no pueden ingerir azúcar, pero puede suceder que su capacidad energética sea similar e incluso superior al equivalente convencional. Éste es el caso de algunas mermeladas sin azúcar en las que no se reduce el aporte calórico porque el azúcar es sustituido por fructosa. fuente www.consumer.es
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